jueves, 9 de agosto de 2007


Un milagro
J.L.B
En El milagro secreto, Hladík, es un escritor judío quien está a punto de ser ejecutado por los nazis; en ese justo momento, éste apela a su divinidad, solicitándole el tiempo de un año para poder concluir su obra. Inesperadamente el milagro se produce, el tiempo se detiene y él logra su cometido. Transcurrido ese lapso, un año para él, apenas unos minutos para el universo, o Dios, las balas retoman su movimiento, de acuerdo a las leyes físicas, y Hladík muere. Un hecho inexplicable para cualquier lector, sin embargo para el personaje funcionó.
En este sentido, el relato coloca al lector ante un fenómeno que no puede ser explicado racionalmente, bien sea porque éste no conoce las leyes físicas que rigen dicho fenómeno, es decir, que el tiempo sea detenido, o porque ubica al mismo dentro del mundo del relato, visto como un acontecimiento no susceptible de producirse en la vida diaria, en la realidad conocida, en el mundo de las posibilidades reales y las leyes naturales.
Analizando los detalles de la narración, ocurren ciertas causas que originan el fenómeno de detenimiento del universo físico. Hladík, ante su inminente muerte, recurre a un último recurso: la búsqueda de un mensaje de parte de Dios a través de los sueños: “...Otórgame esos días. Tú de Quien son los siglos y el tiempo”. De alguna manera esos sueños han sido inducidos por él mismo, y lo recibe como una revelación: “El tiempo de tu labor ha sido otorgado.”
Estas causalidades estarían asociadas al deseo, a la fe y creencias del personaje, también a la convicción de poder cambiar la lógica de las cosas: “...con lógica perversa..”, para tratar de torcer el “destino”; nos damos cuenta de que él mismo busca una explicación al fenómeno utilizando razonamientos y argumentos lógicos, en una secuencia de pensamientos con visos de raciocinio; pero también hay vacilación, duda y ambigüedad en su creencia y piensa que quizás está loco. Finalmente se convence del milagro concedido.
Otro punto importante es la referencia a la condición de artista de Hladík. De alguna manera hay una sugerencia a la irrealidad en la interacción entre su obra y él autor, y esto se refleja en su propia realidad. La obra de Hladík es el desencadenante de los hechos, los sueños, las premoniciones. Una explicación lógica-terrenal sólo puede ser entendida como un acto de fe extrema, que, desde el punto de vista religioso, alguien se atrevería a dar crédito sí sus convicciones acerca de la ocurrencia de milagros son patentes. Pero el detenimiento del tiempo es posible sólo en el mundo del relato (a menos que se hable de la “relatividad del tiempo” de Einstein)
En este sentido, es un fenómeno sobrenatural inexplicable. Para el lector no hay explicación o justificación del fenómeno en el mundo real. Sin embargo le deja un estado de extrañeza, optando por una solución lógica, saliendo así de lo fantástico y dejándolo como un suceso extraño, integrado al mundo del relato.
Todorov plantea que lo fantástico en la literatura estaría marcado por la incertidumbre en la explicación de un fenómeno extraordinario, ubicado entre lo real y lo imaginario. Esa incertidumbre se mantiene el tiempo del relato. Debido a la dificultad de poder optar por alguna categoría, podría especular que son elementos que aparecen entremezclados en diferentes subgéneros: fantástico puro, extraño puro, maravilloso puro, pues los límites no están bien definidos. Así es el mundo de Borges.
* La foto: tumba de Borges en Geneve.